Angustia, repudio, asco, decepción son algunas de las sensaciones que sienten dos jóvenes que actualmente tienen 24 y 25 años.
- C. y M. R. esperan hace 7 años que la justicia falle a su favor en un juicio que tiene como protagonista a un hombre de 60 años de iniciales J. E. R. R., quien en aquel entonces se desempeñaba como pastor de una iglesia evangélica pentecostal de Chile ubicada en Quirihue.
Las jóvenes denuncian a este hombre como autor de abuso sexual en su contra cuando F. C. tenía 12 años y M. R. 16 años. Ambas coinciden en su relato de que el sujeto las besaba y manoseaba a la fuerza en su vivienda, o en una casa que le prestaban y hasta en la propia iglesia. Para que las niñas no hablaran, las amenazaba.
La denuncia llegó a la Policía de Investigaciones a través de un mail enviado a la institución por una mujer que decía saber lo que las menores estaban pasando, aportando incluso antecedentes. Con ello, se inició una investigación hasta que finalmente la PDI llegó a entrevistar a las víctimas, declarando lo que sufrían. Fue en ese momento cuando las familias de ambas se enteraron de lo que estaban viviendo, entregándoles su apoyo y alejándose de la iglesia donde iban a orar a Dios pero que era dirigida por quien estaba sindicado por el autor de los vejámenes.
“Yo tenía 12 años cuando me pasó esto. En reiteradas veces abusó de mí, éramos obligadas a hacer lo que quería y nos amenazaba que si hablábamos nadie nos iba a creer”
comienza a contar F. C., quien actualmente tiene 24 años, una hija y su pareja.
Lo que lamenta de todo esto, son estos siete años en que han debido esperar por un juicio a favor de su caso; “hasta el día de hoy no hemos tenido respuesta pese a tener todas las pruebas a favor, ya que se incautó su computador donde aparecían las conversaciones subidas de tono con nosotras además de nuestro testimonio y su propia declaración” agrega la joven.
Consultada respecto al apoyo entregado por la familia, F. C. indica que “ellos se enteraron a raíz de la investigación que abrió la PDI, quedaron muy afectados, no podían creerlo porque habían depositado toda su confianza en una persona que dice ser la palabra de Dios pero que te enteres de la noche a la mañana que está abusando de su hija, es realmente doloroso”, agregando que, al menos, durante tres años fue sometida a este tipo de abuso.
El testimonio de M. R.
- R. tenía en ese entonces solo 16 años cuando el pastor abusó de ella, “ocupaba la iglesia para hacer esto” comenzó diciendo la joven de actuales 25 años. “claro, él nos veía como unas ´niñas locas´ y ahí se aprovechaba de eso para ´hablar´ con nosotras y decirnos que nos fuéramos por el camino del bien.”
Al igual de F. C., su familia se enteró cuando llegó la policía de investigaciones a tomarle declaraciones y que a ella no la amenazó, sino que no quiso denunciar en su momento debido a que le daba vergüenza y “porque nadie me iba a creer, total él era un pastor y quién se iba a imaginar que iba a estar haciendo esas barbaridades”.
Tras haber declarado todo lo vivido, fueron enviadas a realizarse exámenes físicos y psicológicos al SML, desde fueron derivas a terapias con un psicólogo para poder sobreponerse a los difíciles momentos que estaban enfrentando, considerando también que los hermanos en la fe de la propia iglesia les dieron la espalda y creyeron en lo que su pastor les decía y no lo que las menores habían declarado.
“El querer hacer pública este tema es justamente para que no quede impune (…) esto pasó hace varios años y quedaron solo como rumores, pero no hubo una presión social al respecto” cierra M. R.
Siete años sin nada concreto
- La fiscalía por su parte, al ser consultada por este delicado caso, nos confirmó efectivamente que se lleva adelante un proceso en contra de este pastor que actualmente vive en el sur de Chile.“Para el pasado miércoles 6 de enero estaba programada por el Juzgado de Garantía de Quirihue, la audiencia de preparación de juicio oral, instancia previa al juicio oral, donde, como el nombre indica, se prepara el juicio, en el sentido de presentar las prueba que se rendirán y luego el tribunal fijaría un día para el juicio oral que, se estima, se realice en el Tribunal Oral en lo Penal de Chillán”, explicó a principios de la semana pasada la fiscalía a través de su área regional de comunicaciones.
Esto implica que la Fiscalía ya presentó la acusación. En esta acusación, la fiscal jefe (s) de Quirihue, Cecilia González Palacios, está pidiendo una pena de 7 años y 184 días por uno de los casos y otra pena de 10 años y un día por el segundo caso. Confirman también que J. E. R. R. de profesión u oficio pastor evangélico, está formalizado y acusado de abusos sexuales reiterados en contra de dos menores de edad a la fecha de ocurrencia de los delitos, entre los años 2007 y 2011.
En la audiencia que hace alusión la fiscalía, que se llevó a cabo el 6 de enero al mediodía, tampoco se llegó a nada debido a que la defensa del acusado pidió suspenderla ya que le faltaría un peritaje que realizar y estaba a la espera de esos resultados, por lo que no se encontraba en condiciones de continuar con el juicio. La magistrado accedió a ello y fijaron un nuevo comparendo para el mes de abril de 2021, reconociendo de ambas partes que éste es un proceso de larga data, ya que la denuncia fue realizada en marzo de 2013.
En aquella ocasión, fue el ahora exfiscal Rodrigo Villarroel quien tomó el caso, no viéndose durante el tiempo que estuvo, resultados favorables hacia las víctimas. De hecho, F. C. hace mención que desde Concepción llegaron nuevamente la PDI a su casa y ahí se entera que el fiscal había cerrado el caso sin siquiera avisarles a ellas. Sin embargo, la policía decidió reabrirlo nuevamente, esta vez a cargo de la fiscal González.
Las dos mujeres indicaron que no se detendrán hasta conseguir que el hombre pague el daño que les provocó. Para ello continuarán insistiendo con la fiscalía para que el proceso se apure y puedan finalmente descansar de estos años de angustia y decepción de parte de la justicia.