El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) repudió hoy que el Vaticano calificara de “ilícita” las uniones entre personas del mismo sexo, al tiempo que acusó al Papa Francisco y a la Alta Jerarquía de la Iglesia Católica de “un accionar homofóbico y anticristiano, cuya violencia daña la dignidad humana”.
La reacción tuvo lugar luego de que hoy la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano señalara en un comunicado que “no es lícito impartir una bendición sobre relaciones o parejas, incluso estables, que involucran actividad sexual fuera del matrimonio, como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”. Esto, porque se trata de “una elección y una forma de vida que no se puede reconocer como ordenada objetivamente en los planes revelados de Dios”, dijo.
Apuntó que lo expuesto “no excluye las bendiciones otorgadas a personas individuales con inclinaciones homosexuales, que manifiestan la voluntad de vivir en fidelidad a los planes revelados de Dios como lo propone la enseñanza de la Iglesia”.
El vocero del Movilh, Oscar Rementería, acusó que “una vez el Vaticano da una señal nefasta contra la dignidad de las parejas del mismo sexo y de las familias homoparentales, llegando al extremo de calificar estos vínculos de ilícitos y contrarios a los planes de Dios. Esta falsedad de la Iglesia, y esta arrogancia para hablar en un nombre de un Dios que no le ha dado voz ni legitmidad, es una clara incitación a la violencia, anclada en la irracionalidad y en el desprecio a la diversidad social”.
Añadió que el “Vaticano no solo ofende a las parejas gays o lésbicas ajenas a su religión, pues particularmente niega el derecho a la fe y a la creencia en Dios de quienes se declaran católicos. Una vez más el Vaticano, el menos idóneo para hablar de sexualidad y amor de pareja, vomita su odio con un virulencia grotesca y agresiva, que supera con creces su “misericordia” con los curas abusadores de niños que ha encubierto durante siglos. El Vaticano, es, sin lugar a dudas, una de las entidades más anticristianas del mundo, que abofetea las enseñanzas y la historia de Cristo”.
Con todo, apuntó Rementería, “la dignidad humana no requiere la bendición de una entidad que ha sido nefasta para los derechos humanos de mujeres, niños/as y personas LGBITI. Estando inhabilitada moral y éticamente para bendecir, mal puede amenazar con no hacerlo”.