PRODEMU, entidad perteneciente a la Red de Fundaciones de la Presidencia de la República y liderada por la Primera Dama, Cecilia Morel, dio a conocer la primera versión del “Informe Nacional de Género”, el cual indica que las brechas de género se han visto acrecentadas producto del actual contexto sanitario.
La directora nacional de PRODEMU, Paola Diez Berliner, explicó que “estos informes son una recopilación de los Diagnósticos de Género que PRODEMU realizó durante el año 2020 en todas las regiones del país y reúnen las experiencias vividas por las mujeres durante la pandemia y sus necesidades en el territorio. Los ámbitos que se abordan son muy importantes para enfrentar el actual escenario, en momentos en que la pandemia continúa. Los temas que se abordan están relacionados con el quehacer de PRODEMU y con palear las consecuencias que el COVID-19 en relación con la profundización de la desigualdad de género en Chile”.
Este informe, en el que participaron mujeres de las 15 regiones del país, arrojó que las mujeres de Ñuble sienten que existe un limitado acceso a espacios de decisión y participación política tanto a nivel local como regional, aunque reconocen que, si bien existen mujeres con cargos en provincias y comunas aisladas, muchas de ellas no son escuchadas en totalidad por el centralismo regional.
Por otra parte, la pandemia dejó de manifiesto que existe una brecha digital importante, sobre todo en los adultos mayores de Ñuble, Antofagasta y Valparaíso, quienes señalaron que se han visto fuertemente afectados por la falta de alfabetización digital. Sin embargo, destacan que la Ruta Digital de PRODEMU les permitió descubrir nuevas capacidades y mantenerse conectados con sus familias en esta crisis sanitaria.
En cuanto a los Cuidados, se concluye que el confinamiento ha aumentado la carga de trabajo doméstico y de cuidados para las mujeres a nivel país. Es más, en Ñuble existe la percepción entre las participantes del Diagnóstico Regional que las mujeres son las únicas encargadas de los cuidados, situación que se refleja en la siguiente frase “se ve afectada la salud mental de las mujeres en Ñuble, ya que son ellas encargadas de asumir las medidas de cuidado preventivo ante el COVID-19.”“Una multiplicidad de estudios indican que el trabajo doméstico recae mayoritariamente en la mujer y si sumamos a ello que –hoy- muchas de ellas se encuentran en modalidad de teletrabajo debido a la pandemia es claro que su carga laboral se ha incrementado, lo que trae consigo un desgaste mental y físico”, señaló la directora regional de PRODEMU, María Cecilia Varas.
Por ello, el aumento de la carga de los cuidados al interior del hogar y la falta de corresponsabilidad, afectó la participación de la mujer en el mercado laboral. “Hay pocas políticas públicas al cuidado de las que cuidan, hay muchos programas para los enfermos, pero no así para la mujer que cuida, sobrellevando una tremenda responsabilidad a costos tremendos”, comentaron en Ñuble.
Esto ha llevado, en muchos casos, a la precarización del empleo, ya que muchas mujeres que perdieron su trabajo debieron ingresar al mercado informal. “La realidad que enfrentan las trabajadoras crea desafíos particulares para garantizar la efectividad de las medidas de política pública que actualmente se adoptan en respuesta al COVID-19, porque la informalidad implica bajas remuneraciones, condiciones laborales precarias y nula protección social”.
En cuanto a la brecha salarial, los integrantes de este estudio coincidieron que el trabajo doméstico ha sido impuesto a las mujeres como si fuera un atributo natural, una expresión más del instinto maternal. “Los cuidados son no solo invisibilizados, sino infravalorados. Por un lado, las mujeres se ocupan de cuidar sin retribución económica alguna y se justifica en el amor”, señalaron en Ñuble.
En este punto el informe sostiene que “las mujeres han asumido de forma desproporcionada, invisibilizada e infravalorada el trabajo de cuidados que permite el sostenimiento de la vida. Este hecho genera desequilibrios de poder, merma la capacidad de acceso y control de los recursos, perpetúa brechas y segregaciones en el mundo laboral y, resultado de todo ello, los derechos económicos de las mujeres se ven vulnerados”.
Entonces, nuevamente la salud mental de las mujeres se ve vulnerada, debido a la suspensión de los contratos y la falta de oportunidades laborales. Pero, en Ñuble reconocen que existe otro factor que interviene en su salud mental, como los “medios de comunicación que influyen mucho, ya que generan especulaciones frente a las temáticas y la población que tiene menos cultura va asimilando cómo muy cierto lo que los medios de comunicación van diciendo. Redes sociales cómo agente distorsionador de la realizad, ya que no se verifican las fuentes”.
Un punto importante dentro de este informe es la violencia contra la mujer, la que también está ligado a su salud mental. El impacto del Covid-19 pone de manifiesto la vulnerabilidad que sufren las mujeres víctimas de violencia de género durante el confinamiento. “Esto se traduce en un aumento de crisis de ansiedad, ataques de pánico, alteraciones en el patrón del sueño y de la alimentación, mayor aislamiento, falta de seguridad en ellas mismas, baja autoestima y dificultad en la toma de decisiones. Por lo que la sumisión al agresor es la única estrategia que tienen para continuar sobreviviendo y salvar sus vidas”, recalca el estudio.
Por último, el “Informe Nacional de Género” determina que “post pandemia, nos encontraremos con un escenario en el cual las mujeres estarán sobrerrepresentadas en la pobreza, la respuesta requiere de políticas públicas con perspectiva de género que apunten además hacia un desarrollo sostenible, potenciando la innovación, la inserción al mercado laboral y el fortalecimiento a programas de formación educacional que permitan contrarrestar la brecha producida por la pandemia”.