Personal de la Brigada Investigadora de Delitos Medioambientales de la PDI se constituyó en Cobquecura, para realizar los peritajes que permitan establecer quien o quienes serían los responsables de los rayados que afectaron el Santuario Natural de la Iglesia de Piedra en enero pasado.
Tras el hecho, el municipio realizó una denuncia formal por daños a un lugar protegido.
Posteriormente, durante marzo, vecinos también realizaron una denuncia similar que quedó estampado en imágenes divulgadas por redes sociales.http://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.458.0_en.html#goog_456450680
En esa ocasión, el municipio, al tener conocimiento de la intervención en Iglesia de Piedra, hizo las consultas respectivas al Consejo de Monumentos Nacionales para poder proceder de acuerdo a las normas.
El encargado del área Cultura y Medio Ambiente de la municipalidad de la comuna, César Águila, afirmó dicho mes que “el hecho que se haya rayado de esa manera tan burda este lugar, que para nosotros es simbólico, produce un rechazo generalizado. La Iglesia de Piedra además de un punto turístico, es un lugar de devoción y eso lo hace mucho más grave”.
Y agregó que “más que buscar a los culpables, se espera que la gente tome conciencia del cuidado que necesitamos hacer con nuestros monumentos, nuestro santuario. No necesariamente vamos a poner una reja de tres metros para que nadie se acerque, esa no es la idea. La idea es que todo el mundo se aproxime y lo pueda proteger.
La Ley n°20.021 en su artículo 38 indica que “el que causare daño en un monumento nacional, o afectare de cualquier modo su integridad, será sancionado con pena de presidio menor en sus grados medio a máximo y multa de cincuenta a doscientas unidades tributarias mensuales”. Es decir, que la sanción monetaria va desde los 2,5 a los 10 millones aproximadamente
Santuario de la Naturaleza y Monumento Nacional
El Islote Lobería y la Iglesia de Piedra fueron declarados Monumentos Nacionales el 1 de septiembre de 1992.
La zona incluye cinco kilómetros, 500 metros de ancho y con una superficie total de 250 hectáreas.
Es hábitat del lobo marino de un pelo y de las aves carroñeras: el jote, el gallinazo y la gaviota dominicana, y está bajo la administración del Comité de Gestión de Santuario.