POR: José Espinosa
La encargada de Acción fraterna en la parroquia de Quirihue, Ximena Salas, recordó que se está desarrollando la campaña de recolección de alimentos no perecibles este tiempo de Cuaresma.
Según dijo, puede hacerse llegar a la oficina parroquial o en las misas de los días miércoles a las 19.30 horas, los sábados a las 20 horas o los domingo a las 11 de la mañana.
Además, Ximena Salas dijo que estos días completarán la entrega de las alcancías de Cuaresma de Fraternidad a los vecinos que lo requieran, ya que es una iniciativa nacional, asumido por la diócesis de Chillán, para ir en apoyo social.
En la primera semana de mayo se espera recoger las alcancías de Cuaresma de fraternidad. Hay tiempo suficiente para colaborar y sumarse a esta iniciativa, asimismo para con la recolección de alimentos no perecibles en esta Cuaresma.
El tiempo de Cuaresma es un periodo del calendario litúrgico que comienza el Miércoles de Ceniza a las 12:00 y finaliza el Jueves Santo sobre las 15:00 (la hora nona) con la misa vespertina. Son unos días de “ayuno” y penitencia donde se excluyen los domingos, por ser días de fiesta.
La Cuaresma tiene cinco domingos más el Domingo de Ramos, en cuyas lecturas los temas de la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón, son dominantes.
Significado
La cuaresma del latín “quadragésima” es el cuadragésimo día antes de la pascua. Son 40 días de preparación para la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados, y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
No es un tiempo triste, sino más bien meditativo y recogido. Es, por excelencia, el tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico. En estas fechas algunos fieles guardan ayuno. Emulando a Jesús cuando estaba en el desierto, justo antes de su vida pública. Como consecuencia son unos días de preparación, purificación, reflexión y conversión espiritual.
Origen
La duración de cuarenta días simboliza la prueba de Jesús al permanecer justo 40 días en el desierto, antes de su misión pública. Hoy en día la práctica del “ayuno” consiste más que en la privación de comer carne en un espíritu penitencial, de conversión y de oración. Aun así la abstinencia en la ingesta de carne es una tradición muy seguida entre los cristianos, sobre todo en las iglesias de Oriente.