Según cifras de la última Encuesta Nacional de Salud, el 30% de la población adulta chilena tiene hipertensión, enfermedad crónica que consiste en la elevación de los niveles de presión arterial, es decir, de la presión que el corazón ejerce sobre las arterias, vías por los cuales circula la sangre en el organismo. Se trata de una patología descrita como silenciosa, ya que rara vez produce síntomas, dañando discretamente el organismo durante años y, de no controlarse adecuadamente, puede ocasionar una mala calidad de vida y aumentar considerablemente el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, cerebrales y renales.
A nivel mundial, el número de adultos de entre 30 y 79 años con hipertensión ha aumentado de 650 millones a 1280 millones en los últimos treinta años, según un análisis del Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Casi la mitad de estas personas no sabían que tenían esta afección.
“La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad que en el tiempo ha aumentado su prevalencia dado el envejecimiento de la población, los altos índices de obesidad, tabaquismo, consumo de alcohol y sedentarismo. Es una condición que puede tener consecuencias muy graves en nuestro organismo; es frecuente que produzca deterioro en el cerebro, producto de accidentes vasculares, infartos y hemorragias; problemas de funcionamiento de otros órganos, como los riñones e intestinos, e incluso generar daños a las arterias dentro de la retina. Pese a ello, es una condición que puede ser tratada y prácticamente en todos los casos se puede controlar adecuadamente, por lo que resulta clave tener un control periódico con un médico”, asegura el Dr. Javier Gárate, Cardiólogo y Director Médico de Clínica RedSalud Santiago.
En esa línea, el Dr. Gárate agrega que una de las principales dificultades en el manejo de esta enfermedad es la adherencia de los pacientes al tratamiento. “Los pacientes muchas veces creen que al normalizar sus índices ya se han sanado y, por lo mismo, no continúan con un tratamiento. Sin embargo, esta es una enfermedad crónica, que requiere un tratamiento de por vida y, por ende, un gran compromiso por parte del paciente”.
¿Cómo identificar si tiene hipertensión?
Esta enfermedad, que es más frecuente a partir de los 40 años, en muchas ocasiones no manifiesta sintomatología; sin embargo, algunas personas con presión arterial alta pueden presentar algunos síntomas cuando dicho trastorno alcanza una etapa más grave, entre ellos: cefalea, especialmente matinal, dificultad para respirar, sensación de mareos o sonidos agudos en ambos oídos.
El diagnóstico de hipertensión arterial se puede realizar con tomas aisladas en la consulta, con seguimiento ambulatorio de la presión en la atención primaria o a través de Holter de presión, examen que entrega información adicional con respecto a valores de la presión durante el día y la
noche. Los valores propuestos por la Sociedad de Hipertensión de nuestro país reconocen niveles sobre 140/90 mmHg como HTA.
El cardiólogo de RedSalud sostiene que “debemos tener en cuenta que cuanto más alta es la presión, mayor es el riesgo cardiovascular. Lo otro importante es entender cuál es la variabilidad durante el día entre la presión sistólica (la más alta) y la presión diastólica (la más baja), lo cual también aumenta el riesgo cardiovascular. Justamente en este sentido, el ejercicio aeróbico regular, ayuda a normalizar esta situación”.
Recomendaciones:
Para controlar la presión arterial alta se recomienda:
-Hacer cambios en el estilo de vida que incluyen una dieta saludable, es decir, reducir el consumo de sal (sodio), condimentos, alimentos embutidos y comida chatarra.
-Incorporar ejercicio a la pauta diaria, pues tiene un gran impacto sobre las cifras tensionales. “Es importante que los adultos hagan ejercicio a lo menos cinco veces por semana con ejercicio regular aeróbico a lo menos de 30 a 40 minutos», destaca el profesional.
-Controlar la presión en el hogar, consultar a un médico con regularidad y tomar los medicamentos que se le indiquen.