El porcentaje de personas de 60 años y más en Chile ha ido aumentando progresivamente en las últimas décadas, y si bien en 1992 este grupo etario equivalía al 9,5% del total de habitante del país, en 2022 aumentó al 18,1% y se espera que en 2050 las personas mayores equivalgan al 32,1% de la población. Este cambio implica nuevas necesidades cada vez más específicas en salud para este grupo de personas y la salud bucal no es la excepción.
Esta realidad, es la que justifica la decisión del Ministerio de Salud de reconocer como especialidad la Odontogeriatría, para contar con profesionales capacitados, con las herramientas para asumir este desafío demográfico y epidemiológico. Es una especialidad odontológica que trata aquellos problemas relacionados con los pacientes mayores que, por su envejecimiento fisiológico, han sufrido alteraciones en la zona bucodental.
El principal hospital de Ñuble, destaca en esta materia ya que cuenta con una profesional con esta especialización, convirtiéndose en el primer establecimiento de alta complejidad de este tipo con una odontogeriatra. Se trata Karen Aguilera, cirujana dentista, especialista en Rehabilitación oral y ahora Magíster en Odontogeriatría. “Con este reconocimiento, se amplía el acceso a las atenciones odontológicas para las personas mayores más dependientes. Si atendemos las estadísticas, es claro que debemos estar a la vanguardia de las necesidades y requerimientos de un grupo extenso, centrándonos en la funcionalidad y en la etapa de vida por la que atraviesan y sin duda, para ello es fundamental que participemos en equipos interdisciplinarios, evaluando el contexto médico y social de nuestros usuarios y usuarias”.
De acuerdo con la odontogeriatra “los principales problemas de salud odontológicos de las personas mayores son la enfermedad de caries y las periodontales –de las encías y tejidos de soporte- que contribuyen a la pérdida dentaria, al punto de producir una dentición no funcional que se considera cuando existen menos de 20 dientes en la boca. Estos problemas que son aparentemente de salud oral, están asociados con otras patologías como las enfermedades respiratorias, cardiovasculares, demencias y diabetes. Por eso, debemos prevenirlas y tratarlas de forma oportuna”.
Una mala salud bucal repercute de forma negativa en la nutrición, pues no contar con todos los dientes impide la alimentación en forma correcta. Según la Dra. Aguilera “esa realidad que viven muchas de las personas mayores, los lleva a privilegiar alimentos blandos y a excluir de su dieta muchos nutrientes que son fundamentales, lo que al final deriva en una malnutrición. Además de ello, una mala salud bucal altera también la función social lo que redunda en una disminución del autoestima y aislamiento”.