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Las credenciales bancarias representan uno de los activos más valiosos para las personas: obtenerlas significa para los cibercriminales tener en sus manos la llave que abre una caja fuerte virtual, y disponer del dinero de sus víctimas. Para ello, emplean diversas técnicas que, en caso de encontrar a usuarios desprotegidos, desprevenidos o descuidados, suelen dar sus frutos. ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, repasa cuáles son las 5 técnicas principales y de qué manera es posible protegerse del robo de una información tan sensible como crítica.
ESET comparte las cinco principales estrategias que utiliza el cibercrimen para robar las claves bancarias, y de qué manera es posible protegerse de estos ataques:
Ya en el sitio falso, la estética y el diseño son idénticos a los de la página oficial. Y para acceder al supuesto homebanking es que incluye los campos en los que las víctimas deben ingresar credenciales de inicio de sesión, que en realidad serán para ciberdelincuentes. Una vez que la persona ingresa su nombre de usuario y contraseña, el sitio suele simular que verifica los datos entregados, cuando en ese tiempo en realidad los cibercriminales inician sesión con las credenciales robadas en el sitio legítimo del banco.
Recientemente se identificaron dos sitios falsos que se hacían pasar por la web oficial del Banco Itaú (reconocida entidad con presencia en varios países de América Latina), con el objetivo de robar las credenciales bancarias de clientes en Argentina y también en Brasil. En casos como este es necesario aclarar que el banco también es víctima, ya que se utiliza su nombre para engañar a sus clientes. De hecho, en la página oficial la entidad comparte diversos consejos para evitar que las personas caigan en distintos tipos de fraudes en su nombre.
Pie de imagen: Sitio falso que suplanta la identidad de Banco Itaú apuntando a personas de Argentina.
Sitios comprometidos previamente: Otra vía utilizada por los cibercriminales es comprometer sitios previamente para desde allí obtener las credenciales bancarias de usuarios y usuarias. Los cibercriminales pueden explotar una vulnerabilidad en scripts o plugins agregados que no se encuentren actualizados, o bien aquellas fallas de seguridad que no han sido descubiertas. Así, pueden agregar una redirección desde el sitio víctima hacia el sitio del atacante, desde el cual podrán obtener las credenciales. Por otra parte, los atacantes muchas veces crean una página apócrifa dentro del sitio web oficial, que se hace pasar por entidad. Una vez que las víctimas se encuentran dentro de estas páginas falsas es muy probable que se solicite ingresar los datos bancarios.
Pie de imagen: Ejemplo de un correo electrónico que contiene un enlace malicioso que descarga el troyano Mekotio.
Hay distintas maneras en que los cibercriminales pueden colocar ese tipo de malware en los equipos de sus víctimas. Por un lado, mediante correos de phishing o mensajes de texto. También a través de anuncios maliciosos, el compromiso de un sitio web que recibe muchas visitas (ciertos códigos maliciosos se descargan automáticamente y se instalan en el equipo apenas el usuario visita el sitio) y hasta puede estar oculto en aplicaciones móviles maliciosas que simulan ser legítimas.
Otra excusa utilizadas para este tipo de engaño fue el pago de un bono por parte del Ministerio de Desarrollo Social en la Argentina (que pedía los accesos del banco para entregarlo), pero también hay engaños que incluyen hacerse pasar por el servicio de atención al cliente de un banco o entidad reconocida. De hecho, son varias las entidades bancarias las que en su sitio web advierten de esta amenaza y brindan información muy útil de prevención para sus usuarios y usuarias.
Hay múltiples ejemplos en Twitter e Instagram que evidencian cómo los estafadores monitorean los comentarios que hacen los usuarios con ciertas palabras clave o cuando etiquetan a un perfil verificado. Se valen de la urgencia que generalmente llevan estos mensajes (suelen ser reclamos o algún tipo de inconveniente a resolver) y a través de estos perfiles falsos (sin marca de verificación) envían mensajes directos haciéndose pasar por la cuenta oficial del banco. Tal es así que utilizan el mismo logo y una variación del nombre oficial, y hasta ofrecen el contacto del servicio de atención al cliente o bien piden un número de contacto. Finalmente, las víctimas son contactadas por falsos representantes de atención al cliente que buscarán extraer información, como claves de acceso, tokens u otros datos para poder acceder a sus cuentas y vaciarlas.
Pie de imagen: Diversos ejemplos de cómo los cibercriminales suplantan la identidad de entidades bancarias en las redes sociales.
Desde ESET comparten buenas prácticas que permiten reducir sensiblemente el riesgo de ser víctima de estafas:
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