La reciente información emitida por la Contraloría General de la República, que apunta a un posible uso indebido de licencias médicas por parte de 19 funcionarios municipales de Quirihue, plantea un desafío urgente para la administración pública local y para la confianza ciudadana en sus instituciones. Si bien aún no hay una notificación formal, la sola posibilidad de que empleados municipales hayan abandonado el país mientras se encontraban con licencia médica compromete seriamente los principios de probidad, responsabilidad y respeto por los recursos públicos.
El alcalde Eduardo Redlich ha manifestado su disposición a actuar, anunciando la recopilación de antecedentes y el inicio de sumarios investigativos. Esta reacción, aunque necesaria, debe ir acompañada de un compromiso profundo con la transparencia total del proceso. La ciudadanía merece conocer con claridad qué ocurrió, quiénes estuvieron involucrados y qué medidas concretas se adoptarán para evitar que hechos de esta naturaleza se repitan.
El anuncio de entregar un informe detallado sobre las licencias médicas y las horas extraordinarias realizadas por los funcionarios es un paso en la dirección correcta. No obstante, este esfuerzo debe enmarcarse en una política permanente de rendición de cuentas y no solo como una respuesta reactiva frente a una crisis. La ética pública no puede ser solo una promesa: debe ser una práctica diaria, respaldada por sistemas de control interno eficaces y una cultura organizacional que sancione con firmeza cualquier acto de deshonestidad.
Este episodio también debe abrir un debate más amplio sobre los mecanismos de fiscalización en los municipios, especialmente en comunas como Quirihue, donde cada peso mal utilizado tiene un impacto directo en servicios esenciales para la comunidad.
La gestión pública local no puede permitirse ambigüedades cuando se trata de la confianza ciudadana. El camino es claro: actuar con celeridad, aplicar las sanciones correspondientes, y garantizar que la transparencia y la probidad sean el sello de cada funcionario municipal. Solo así Quirihue podrá reforzar su institucionalidad y proyectarse con fuerza como una comuna moderna, eficiente y comprometida con su gente.