Hoy, 26 de junio, el Cuerpo de Bomberos de Quirihue celebra su aniversario número 72, una fecha cargada de historia, sacrificio y compromiso. Setenta y dos años en que hombres y mujeres, bajo una misma vocación, han respondido al llamado urgente de su comunidad, muchas veces en condiciones adversas y con recursos limitados. Es un momento para conmemorar, pero también para reflexionar: ¿debe seguir siendo voluntario quien arriesga su vida por otros? ¿Estamos haciendo lo suficiente como sociedad y como Estado para apoyarlos?
En Quirihue, como en muchas comunas de Chile, los bomberos cumplen un rol irremplazable, no solo en emergencias, sino también en prevención, formación y acompañamiento comunitario. A pesar de ello, su labor muchas veces se sostiene en la voluntad, el corazón y la solidaridad, más que en políticas públicas estructuradas y sostenibles.
Este año, siete nuevos voluntarios fueron «bautizados», comprometiéndose a servir a la comunidad. Un acto simbólico, profundo, que nos recuerda que detrás de cada uniforme hay una historia, una familia, una persona que se ofrece sin esperar nada a cambio. Pero, ¿es justo que esa entrega siga dependiendo exclusivamente del voluntariado?
El debate no es nuevo, pero sí cada vez más urgente: ¿debe seguir existiendo una institución tan fundamental basada únicamente en el voluntariado? Mientras los incendios son más frecuentes, los rescates más complejos y los recursos escasos, la pregunta resuena con fuerza. El Estado chileno debe asumir un rol más activo, no solo en palabras de agradecimiento, sino en apoyo estructural: financiamiento estable, modernización de cuarteles, equipamiento adecuado y capacitación permanente.
En el caso de Quirihue, los bomberos reciben una subvención municipal anual que, aunque valiosa, no alcanza para cubrir las múltiples necesidades que enfrentan. Esta realidad se repite en muchas comunas del país, donde el esfuerzo local intenta llenar un vacío que debería ser responsabilidad nacional.
Hoy celebramos, sí. Pero no basta con aplaudir. Es hora de reconocer a nuestros bomberos con acciones concretas. Que esta conmemoración número 72 del Cuerpo de Bomberos de Quirihue no solo sea una fiesta, sino también un llamado a la conciencia, a la gratitud activa, y al compromiso de todos con quienes no dudan en ponerse en la primera línea cuando más los necesitamos.
Porque ser bombero no solo debería ser un acto de voluntad, sino un acto de justicia.