En pleno siglo XXI, cuando las telecomunicaciones son un derecho básico para el desarrollo personal, social y económico, resulta inaceptable que comunidades enteras sigan enfrentando problemas recurrentes de cobertura telefónica y conectividad digital. Es lo que actualmente viven los vecinos de sectores como Chanco, Salamanca y Los Temos, en la comuna de Quirihue, quienes denuncian interrupciones que se extienden por días, e incluso más de una semana sin señal.
Este no es un problema nuevo, pero sí uno que se vuelve más grave y urgente cada vez que ocurre. La falta de señal afecta la seguridad, el acceso a servicios de emergencia, la educación de los estudiantes, la actividad agrícola y comercial, e incluso la posibilidad de comunicarse con familiares o acceder a una simple transferencia bancaria. En el caso de adultos mayores o personas con problemas de salud, el riesgo se multiplica.
Frente a esta situación, alcaldes del Valle del Itata se están organizando para solicitar reuniones urgentes con las autoridades competentes, incluyendo la Subsecretaría de Telecomunicaciones (SUBTEL) y representantes de las empresas proveedoras de servicios móviles. La meta es clara: exigir soluciones concretas y permanentes, no parches ni respuestas genéricas que terminan en más de lo mismo.
El centralismo y la desidia no pueden seguir siendo las respuestas que reciban nuestros territorios rurales. Cuando se habla de descentralización, se debe hablar también de igualdad de acceso a la conectividad, algo tan básico como tener luz o agua. No se trata de un lujo, se trata de dignidad y justicia territorial.
Desde aquí, respaldamos la voz de las vecinas y vecinos del Valle del Itata, y apoyamos a las autoridades locales en esta demanda justa. La conectividad no es opcional. Es esencial.