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Andrés Ferrada asume como nuevo Obispo de Chillán Llamando a la esperanza y la cercanía con los vulnerables

Este sábado 20 de diciembre, en medio de las celebraciones del centenario diocesano, monseñor Andrés Ferrada Moreira asumió oficialmente el gobierno pastoral de la Diócesis San Bartolomé de Chillán, convirtiéndose en su octavo obispo.

La ceremonia se desarrolló en la Catedral de Chillán en un clima de profunda oración y alegría eclesial, y contó con la presencia del secretario de la Nunciatura Apostólica, monseñor Giuseppe Silvestrini, obispos representantes del Episcopado chileno, el cardenal Fernando Chomalí, sacerdotes, religiosas, fieles laicos y diversas autoridades regionales.

Con una referencia bíblica a Jesucristo como la “Llave de David”, que abre las puertas del Reino y libera a los cautivos, monseñor Ferrada dio inicio a su ministerio episcopal en Ñuble.

En sus primeras palabras como obispo diocesano, envió un saludo agradecido a los presentes y a quienes siguieron la celebración a través de la radio y plataformas digitales, teniendo un especial recuerdo para quienes viven en las periferias del dolor: los enfermos, los adultos mayores y, particularmente, las personas privadas de libertad, a quienes integró espiritualmente a la celebración desde el inicio.

“Al comenzar mi servicio episcopal también yo, unido a todos ustedes, quisiera renovar mi propia respuesta gozosa y humilde al Señor que me ha escogido como pastor de esta Iglesia que peregrina en Ñuble. Tengo plena conciencia de que esta es, en realidad, una petición para que el Buen Pastor actúe en mí y yo me deje modelar y convertir constantemente por Él, para que pueda actuar en mí siempre con mayor facilidad, a través de su presencia en la Eucaristía cotidiana y en la Confesión frecuente; en la oración y en la piedad popular; en la Enseñanza del Papa y de los Obispos en comunión con él; en el consejo, estímulo y corrección de los hermanos en el Episcopado, de los presbíteros y diáconos, como asimismo de los consagrados y de los otros agentes pastorales y fieles; en los acontecimientos y en los demás signos de los tiempos que en comunión con todo el Santo Pueblo de Dios es preciso discernir”.

Durante su homilía, y en sintonía con la liturgia del tiempo de Adviento, el nuevo pastor delineó los principales acentos de su servicio pastoral, subrayando que la misión de la Iglesia es colaborar activamente en la instauración del Reino de Dios “en el aquí y ahora de la historia”. En ese contexto, hizo un llamado a construir una Iglesia de puertas abiertas, que sea espacio de acogida, sanación y reconciliación, promoviendo la solidaridad, la promoción humana, la reparación de las víctimas de abusos y la comunión entre los distintos actores de la sociedad.

Monseñor Ferrada puso especial énfasis en la atención hacia los más postergados, recordando que el Evangelio está llamado a iluminar a quienes viven “cautivos por las tinieblas”, para que puedan ser liberados por la claridad de Cristo que resplandece en la Iglesia. Al iniciar su servicio episcopal, expresó también su disposición a dejarse modelar constantemente por el Buen Pastor, a través de la oración, la Eucaristía, la vida sacramental, el discernimiento comunitario y la escucha atenta de los signos de los tiempos junto al Pueblo de Dios.

En la celebración participaron autoridades civiles, entre ellas el gobernador regional de Ñuble, Óscar Crisóstomo, quien valoró el inicio del ministerio episcopal y destacó la disposición al trabajo conjunto entre la Iglesia y el Gobierno Regional. “Queremos darle la bienvenida a la región a monseñor Andrés Ferrada y ayudarlo en los temas que ha puesto sobre el tapete, como la paz social y la justicia social, que son fundamentales dentro de la sociedad. Es un obispo chileno que llega con una energía y una fuerza muy necesarias en una región que debe seguir construyendo voces. Le deseamos el mayor de los éxitos y que su misión esté especialmente con los más pobres, los más desamparados y los que más nos necesitan”, señaló la autoridad regional.

Al finalizar la ceremonia, monseñor Ferrada agradeció el servicio del padre Patricio Fuentes durante el período de sede vacante, a quien nombró Vicario General y Secretario Canciller de la diócesis. Asimismo, manifestó su voluntad de colaborar activamente en la construcción del bien común y la justicia social en la Región de Ñuble, en diálogo permanente con las autoridades y la comunidad.

La celebración concluyó con la lectura de un mensaje y bendición enviada por el Papa León XIV con motivo del centenario diocesano. En un gesto de profunda humildad pastoral, el nuevo obispo encomendó su ministerio a la Virgen María y pidió al Pueblo de Dios reunido en la catedral que lo bendijera al iniciar su servicio episcopal en la Iglesia de Chillán.

Quirihue

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