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Con un llamado a la acción colectiva frente a la sequía, se desarrolló la segunda reunión de la Mesa Estratégica de Recursos Hídricos (MERH) de la cuenca del río Itata. La instancia, fue convocada por la Dirección General de Aguas (DGA) del MOP y albergada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) Quilamapu, congregó a juntas de vigilancia, representantes de sectores público-privado y de la sociedad civil, con el objetivo de materializar un Plan Estratégico para la seguridad hídrica de Ñuble, una de las regiones más afectadas por la amenaza de la sequía.
El presidente de la Junta de Vigilancia del Río Chillán, Héctor Jaque, sostuvo: “La sequía ya no es un evento excepcional; es la nueva normalidad, vino para quedarse producto del calentamiento global. Esta mesa nace a través de la DGA, esencialmente de la ley 21.435 del Código del Agua, como institución ponemos énfasis en que ningún actor, por sí solo, puede resolver un desafío de esta magnitud. Necesitamos una visión compartida y un compromiso colectivo de todos los actores públicos-privados de Ñuble”.
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Bajo este escenario, Héctor Jaque, recalcó: “Estamos pasando por un periodo de escasez hídrico en el río Chillán, el cual fue anunciado el pasado 04 de diciembre a través de una reunión extraordinaria del directorio, por medio de una solicitud de nuestro repartidor de aguas, Alexis Ferrada, el cual reportó una disminución crítica en el cauce del río Chillán de unos 1,893 (m3/seg) en comparación al año 2024, que nos llevó a tomar medidas inmediatas en favor de la agricultura y la bebida humana de nuestros regantes. Lo que hace que esta mesa estratégica sea tan relevante para la región porque podemos ir más allá del diagnóstico, si no buscar acciones concretas en eficiencia del recurso agua y en hasta obras de infraestructuras al futuro”.
En este sentido, el plan estratégico que elaborará la MERH en los próximos meses plantea como una herramienta clave la de priorizar inversiones, armonizar normativas y establecer mecanismos de gestión que permitan enfrentar la escasez con equidad y sustentabilidad. La conformación de esta mesa es vista por los participantes como un paso crucial para transitar desde la reacción a emergencias puntuales hacia una gestión proactiva y coordinada del agua, sentando las bases para la seguridad hídrica de las futuras generaciones en Ñuble.
Un esfuerzo de gobernanza amplio
La mesa se erige sobre un pilar institucional robusto, que incluye a los Ministerios de Obras Públicas (a través de la DGA y la Dirección de Obras Hidráulicas), Medio Ambiente, Agricultura con sus servicios INDAP y la Comisión Nacional de Riego (CNR), y Ciencia. También participan el Comité Regional de Cambio Climático (CORECC), SENAPRED y el Consejo Regional de Ñuble, garantizando una conexión directa con la planificación territorial y la gestión de riesgos. Sin embargo, el verdadero distintivo de esta instancia es la incorporación masiva de actores locales y sectoriales. Están representadas las tres provincias de Ñuble; Punilla, Itata y Diguillín, a través de sus asociaciones de municipios, junto al municipio de Chillán. Los usuarios del agua tienen un asiento fundamental, con la participación de las juntas de vigilancia de los principales ríos Ñuble, Diguillín y Chillán, y de diversos actores productivos: desde la Asociación de Agricultores y la Cámara Chilena de la Construcción, hasta la CORMA y pequeños productores agrícolas de comunas como El Carmen y Quillón.
