El santuario La Lobería, uno de los principales símbolos de Cobquecura, cumple 30 años en el resguardo de la flora y fauna de la zona. Por ello, este miércoles se llevó a cabo la ceremonia de instalación del operativo de rescate de las nuevas crías de lobos marinos, que llevarán a cabo voluntarios especialmente capacitados para esta labor.
La cita contó con la presencia del delegado presidencial de Itata, Daniel Andrades; junto al alcalde de Cobquecura, Julio Fuentes, el director regional de Sernapesca Ñuble, René Vega, el presidente nacional del Comité Pro-Defensa de la Flora y Fauna (Codeff) Luciano Pérez; y el profesor titular del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción, Renato Quiñones, además de representantes de la Armada de Chile y Carabineros.
“Hoy se cumplen 30 años de desarrollo de este proyecto, que es la preservación de este Santuario de la Naturaleza que es la Lobería de Cobquecura» dijo el delegado presidencial de Itata, Daniel Andrades, destacando el importante desafío que se viene en la época de verano ante el nacimiento de las crías de los lobos.
Las autoridades realizaron la recomendación de que las personas no manipulen las crías de lobos marinos si se encuentran con ellas. “Es muy importante que si la gente encuentra alguno de estos lobitos, que se pongan en contacto con Sernapesca o la autoridad marítima. Ellos contactan a los voluntarios de Codef. Es muy importante no manipularlos, si la gente los encuentra no se acerque, porque los lobitos nacen con dientes y la mordida de ellos puede provocar enfermedades”, agregó el delegado.
El alcalde Julio Fuentes, valoró el esfuerzo que se hace por preservar este santuario de la naturaleza. “Este es el principal legado que Cobquecura tiene”, solicitando también que las personas no intenten ingresar a los roqueríos de La Lobería.
Importante voluntariado
En la playa de La Lobería, Sernapesca Ñuble tiene acondicionado un corral para que las crías de lobos marinos rescatadas por los voluntarios de Codeff y la Universidad de Concepción puedan descansar.
“Hemos observado que en los últimos años las marejadas han sido más bruscas, y lo que hacemos nosotros es generar un espacio de tranquilidad, para que recuperen energía y puedan volver por sus propios medios a sus madres”, explicó Luciano Pérez, presidente nacional de Codeff.
Por su parte, el profesor titular de Oceanografía de la Universidad de Concepción, Renato Quiñones, explicó la importancia de este procedimiento para preservar a los lobos marinos. “En el ciclo de vida del lobo marino común, el periodo estival es el más importante desde el punto de vista reproductivo. Lo que tenemos en Cobquecura es el paridero más importante, y en estos momentos la colonia de lobos tiene la generación de las nuevas crías, y ellas tienen que aprender a nadar, etc. En ese momento, las marejadas generan que ellos caigan al mar, y tengan peligro de ahogarse”, indicó.