La Red de Escuelas Líderes (REL) es una iniciativa con 15 años de vida, impulsada por Fundación Educacional Arauco, Fundación Educacional Minera Escondida, Fundación Chile y El Mercurio, que reúne a más de cien escuelas y liceos en contexto de vulnerabilidad de todo el país, para trabajar con colaboración en la mejora educativa en diversos ámbitos de acción.
“Nuestro propósito en REL es visibilizar las respuestas innovadoras que las escuelas han desplegado ante las necesidades y urgencias que la reactivación educativa demanda, especialmente después de la pandemia. Tenemos la convicción de que son prácticas que muestran las capacidades de las comunidades educativas, su vocación colaborativa y pueden inspirar a otras comunidades para replicarlas parcial o totalmente”, expresa Nadiezhda Yáñez, coordinadora de Liderazgo Educativo en Aprendizaje para el Futuro de Fundación Chile.
De este modo, REL ha hecho un levantamiento y sistematización de prácticas en dimensiones como convivencia escolar, bienestar docente, asistencia escolar y reactivación de aprendizajes, para ponerlo a disposición de otros establecimientos y, así, sumarse al desafío país de la reactivación educativa, tan necesaria después de la pandemia.
Convivencia escolar
El Liceo Bicentenario Diego Portales Palazuelos de San Carlos es uno de estos establecimientos innovadores. Con un índice de vulnerabilidad cercano al 93%, desde 1880, recibe a estudiantes provenientes de toda la región, lo que le ha valido el cariño y reconocimiento de la comunidad sancarlina. Luego de la pandemia, advirtieron que era necesario desarrollar pequeños cambios que permitieran mejorar las relaciones interpersonales, el trabajo y el desarrollo de actividades colaborativas, aspectos que se vieron afectados por la falta de presencialidad.
Al inicio del primer semestre diseñaron una innovadora práctica que implementan desde 1° hasta 8° básico en la asignatura de Educación Física, llamada “Fomentar el liderazgo infantil y la resolución de conflictos mediante el juego”, que se lleva a cabo en la cancha de baby fútbol. Esta consiste en distribuir al curso en seis grupos, con la finalidad de fomentar el trabajo en equipo y promover la resolución pacífica de conflictos.
“Cada equipo se ubica en un rectángulo pintado de rojo dentro de la cancha y elige a un(a) líder que va rotando por clase, quien se encarga de velar por el cumplimiento de las tareas entregadas por su docente. Estas tareas siempre están asociadas a juegos de equipo, por ejemplo, vóleibol. Bajo este esquema deben ir tomando decisiones, lo que les permite desarrollar habilidades como comunicación y colaboración”, señala Esteban Gutiérrez, coordinador técnico del liceo, quien desarrolló esta práctica junto a sus colegas Marcelo Palma, coordinador del Departamento de Educación Física y Jorge Rojas, docente de Educación Física y entrenador de la selección chilena de balón mano playa.
Añade que mientras están desarrollando estas habilidades, el profesor de Educación Física va cumpliendo objetivos de aprendizaje del currículum escolar de la asignatura. “Esta práctica permite resolver conflictos en el desarrollo de las tareas, se trabaja el diálogo como primera instancia y si no llegan a un consenso, empleamos juegos clásicos como el cachipún o la matita. Las y los estudiantes han aprendido a expresar sus sentimientos, a desarrollar la comunicación oral, el respeto, la tolerancia, su capacidad de pensar en el bien común y trabajar para contribuir al logro del objetivo de su equipo”, destaca Esteban Gutiérrez.
Reactivación de aprendizajes
El Liceo Bicentenario de Excelencia Polivalente San Nicolás, con un índice de vulnerabilidad del 84%, también es un establecimiento de la Red de Escuelas Líderes. En 2009 crearon e implementaron la práctica “Agrupaciones flexibles”, que se revitalizó a causa del impacto de la pandemia en los aprendizajes.
“Diagnosticamos e identificamos a las y los estudiantes con mayores brechas educativas y les ofrecemos un espacio seguro para recuperar aprendizajes y aprender a su ritmo, entregándoles la opción de avanzar de manera gradual hacia niveles de mayor dominio. Bajo el modelo de educación flexible, distribuimos los cursos en espacios de aprendizaje diferenciado, donde se trabajan los mismos objetivos de aprendizaje del currículum escolar, pero con distintas estrategias pedagógicas”, explica Angélica Álvarez, jefa de UTP de Casa Central del establecimiento.
Para ello, asignan las horas del equipo docente en base a sus intereses, fortalezas y años de docencia, destinando a profesionales más experimentados a agrupaciones con menor autonomía. Este es modelo dinámico, favorece el tránsito de las y los estudiantes a través de diferentes grupos en cada asignatura, les permite tomar conciencia sostenida de su desarrollo, bajo una perspectiva no estigmatizante. Su éxito ha sido tan grande, que actualmente esta práctica se replica a nivel comunal, mediante pasantías e intercambio docente.
Angélica destaca que además de contribuir a que todos los estudiantes aprendan, se fomenta el autoconocimiento y se incrementa la autoestima, ampliándose las expectativas académicas de niñas, niños y jóvenes, lo que repercute en un bienestar generalizado.
De acuerdo a Nadiezhda Yáñez, la adversidad de la pandemia acrecentó la innovación de las escuelas y liceos, por tanto, ejemplos como estos deben multiplicarse por la región de Ñuble. Es por eso, que la invitación de la coordinadora de Liderazgo Educativo en Aprendizaje para el Futuro de Fundación Chile, es a sumarse a la Red de Escuelas Líderes, postulando en el sitio de REL durante junio, mes en que se abrirá una nueva convocatoria. “Las y los invitamos a postular con sus prácticas innovadoras y sumarse a esta gran red que trabaja con ahínco, creatividad y colaboración por la mejora educativa, un espacio en donde encontrarán pares ávidos de compartir sus aprendizajes”, sostiene.