Temporada estival y altas temperaturas, son sinónimo de largas jornadas en ríos, playas o piscinas, que para que no representen un riesgo requieren de medidas de autocuidado y olvidarse de prácticas de riesgo como tirarse piqueros o clavados. Estas maniobras aumentan el riesgo de sufrir un accidente con resultados fatales.
Al tirarse un piquero, la persona pone todo el peso del cuerpo para ingresar al agua de cabeza, transmitiendo la fuerza directamente hacia la columna vertebral, que da protección a la médula espinal, por lo que un clavado mal ejecutado puede producir lesiones en la columna que pueden derivar en Paraplejia (parálisis de la parte inferior del cuerpo) y Tetraplegia (parálisis total o parcial de brazos y piernas) o pérdida parcial de la movilidad. Igualmente las lesiones en la cabeza pueden generar daño cerebral, pérdida de habilidades motoras, problemas de lenguaje, entre otras.
Durante el fin de semana ocurrieron dos casos aislados en los que dos jóvenes de 14 años de edad se vieron involucrados en este tipo de accidentes. Uno de ellos en Chillán Viejo, resultó con fractura cervical, luego de lanzarse a una piscina donde impactó fuertemente con la cabeza de su hermano. El otro caso, ocurrió en un río de la ciudad, donde el adolescente chocó con una roca debajo del agua, resultando con una fractura en su columna cervical y una herida en el cuero cabelludo.
Ambos episodios, motivaron a los profesionales del Hospital Herminda Martín a llamar a la comunidad a tener precauciones, tanto en niños como adultos. Elías Kassisse, pediatra Coordinador de la Urgencia Infantil, aseguró que: “el leve impacto contra el agua ya es un factor de riesgo para que tu columna cervical se vea comprometida. Preventivamente deben bañarse en balnearios y lugares autorizados, no lanzarse al agua en lugares desconocidos para precaver el impacto con rocas, ramas o troncos que puedan ocasionar daño, ni tampoco correr alrededor de piscinas porque se puede sufrir una grave caída”.
En caso de accidentes, los primeros minutos son cruciales, se debe retirar a la persona lo más rápido y cuidadosamente posible del agua poniendo énfasis en la estabilización de la zona de cabeza-cuello
y evitar movimientos bruscos. Controlar los signos vitales (pulso y respiración) y si la persona no los presenta hay que aplicar reanimación cardiopulmonar (RCP).
Otras importantes medidas son: asegurarse muy bien del nivel de agua de un río o piscina; cerciorarse de que la piscina tenga escaleras que permitan el acceso y la evacuación y que los filtros tengan su reja de protección y a los padres y madres, jamás perder de vista a sus hijos e hijas, sobre todo si son pequeños.