Para tres semanas de audiencias está programado el juicio que el fiscal Álvaro Hermosilla Bustos comenzó la mañana de este martes en el Tribunal Oral en lo Penal de Chillán en contra de Ricardo Neira Arriagada, único acusado por el femicidio, con la agravante de alevosía, de Carolina Fuentes Bustos y para quien la Fiscalía está pidiendo una condena de presidio perpetuo calificado.
A la víctima se le perdió todo rastro el 30 de junio de 2020 y su cuerpo apareció en la ribera norte del río Ñuble 95 días más tarde, el 5 de octubre de ese año. El imputado cumple prisión preventiva en la cárcel de Cauquenes desde el 9 de octubre de 2020, cuando fue formalizado por este grave crimen.
El fiscal Álvaro Hermosilla Bustos expuso que el acusado y la víctima mantuvieron, desde 2015, una relación sentimental e, incluso, en algún periodo convivieron entre ese año y 2016. Se conocieron en la etapa escolar, cuando fueron pololos, y años mas tarde retomaron una relación “que siempre estuvo teñida de violencia, como quedará demostrado en este juicio”, remarcó el fiscal.
Por su parte, el abogado defensor de Ricardo Neira, en su intervención sostuvo que la fiscalía no tiene las pruebas suficientes para acreditar la participación de su cliente en la muerte de Carolina y que dentro del mismo juicio se irán dando casos, incluso, de contradicciones.
En el alegato de apertura, el fiscal Hermosilla planteó que “el crimen de una mujer en razón de su género, como este femicidio, constituye la forma más extrema de violencia en contra de una mujer”. Y acotó que “en el femicidio íntimo, como el que nos convoca, la muerte representa el acto final de un continuum de violencia cometido por esposo, novio o compañero permanente y, precisamente, éste es uno de los aspectos que debe ser tenido a la vista, y lo decimos de manera respetuosa a este tribunal, al momento de analizar los hechos”.
El fiscal explicó que el 15 de junio de 2020, Carolina viajó desde Santiago a Ninhue, en la Región de Ñuble, y estuvo en el hogar del imputado, en la comuna vecina de Portezuelo, entre el 25 y 30 de ese mes. Este último día, la pareja sostuvo una discusión y abordó la camioneta del acusado. En ese contexto, de manera súbita, rápida y sorpresiva, impidiendo toda posibilidad de defensa, la asfixió, usando para ello un lazo amplio, liso y suave.
“La forma de muerte no es algo accidental, porque ése es un acto de dominio, debe ser leído como un acto propio de violencia contra la mujer. En el caso que nos convoca, la muerte de Carolina a manos del acusado representó el acto final de este continuum de violencia al que me he referido”, destacó el fiscal.
La Fiscalía ofreció 53 testigos y 24 peritos, además de prueba documental, pericial y otros medios de prueba.
Entre los peritajes destacados está el referido a la geolocalización de los tráficos telefónicos, pues el imputado envió mensajes de texto a la familia de la mujer días posteriores a su desaparición, con los que pretendía hacer creer a los cercanos a la víctima que ella se había ido al sur. Sin embargo, la georeferenciación de los datos del teléfono de Carolina sitúa el aparato en el interior del domicilio del imputado.