Durante 2022, la Brigada Investigadora de Robos recibió 629 decretos por parte del Ministerio Público en torno a órdenes de investigar e instrucciones particulares, respecto a delitos de robo en lugar habitado y no habitado.
Se trata de la definición legal para determinar el lugar donde ocurren los robos en inmuebles, dependiendo básicamente de si está destinado a que las personas vivan ahí. En ese contexto, la cifra de 2022 superó en un 31% respecto al año anterior, 2021.
El jefe de la Biro Chillán, subprefecto Jaime Rubilar, señaló que “el alza de los delitos que se ve en las cifras, que aumentaron desde 2022 a la fecha, se explica en parte por las restricciones previas que hubo, específicamente durante el periodo de pandemia, cuando estaban restringidos los desplazamientos y había un estado de emergencia en que se disminuyó el flujo de personas durante la noche, dificultando a los delincuentes el cometer estos robos. Una vez que acaba la pandemia, vuelve el flujo natural de personas, con las personas volviendo a sus trabajos, y los niños al colegio, entregando así la oportunidad a los ladrones de volver a cometer estos ilícitos”.
Entre el 1 de enero y el 13 de junio, los detectives recibieron 208 pesquisas en relación a robos en viviendas, mientras que 134 diligencias investigativas se relacionaron a delitos de robo en lugar no habitado. Todas estas cifras, dicen relación con lo ocurrido en esta zona. “La Biro Chillán abarca las 21 comunas de la región de Ñuble, y se encarga de los robos de mayor connotación. La mayor parte de las concurrencias se da entre las comunas de Chillán y Chillán Viejo. Asimismo, en delitos apartados también se indagan otros robos, de monturas y aperos, entre otras especies que son usadas en el campo, además del abigeato”, explicó el subprefecto Rubilar.
El oficial planteó que una de las complejidades de investigar los robos es que en la mayor parte de las veces, no existe vínculo entre imputado y víctimas. “Las indagatorias tienen un trabajo programado, porque son investigaciones que se debe apoyar en un proceso que tiene pasos establecidos para poder trabajar la información, ya puede ser de fuentes cerradas, abiertas, humanas, y todo eso lo debemos procesar, cotejando bases de datos, y analizarlos.”
En esa misma línea, el subprefecto Jaime Rubilar sostiene que, a diferencia de delitos contra las personas, “el delito de robo puede ser más difícil ya que hemos notado que los delincuentes hoy en día están más preparados al momento de robar. En prácticamente todos los sitios del suceso nos hemos encontrado con la dificultad de investigar ya que los ladrones utilizan guantes, preocupados de no dejar su marca en las superficies donde se apoyan”.
Desde la Biro, el jefe de la brigada especializada precisó que “todas nuestras concurrencias las analizamos y explotamos en el sitio del suceso, buscando algún tipo de vestigio o evidencia que sea útil para la investigación, por ejemplo, una huella, y para eso trabajamos junto al Laboratorio de Criminalística Regional Chillán. Asimismo, los antecedentes son integrados a la Oficina de Análisis Criminal para ir creando perfiles y reunirlo con otros datos que pueden ser muy útiles”, dijo el subprefecto Rubilar, confirmando que hacen un trabajo científico técnico apoyados con otras unidades de la PDI para reforzar el trabajo y llegar a mejores resultados, en que la información siempre se puede utilizar, aunque sea residualmente, para ser rescatada y abordar los fenómenos de robos, cuando existe proliferación en un sector, o un modus operandi.
Por último, desde la Policía de Investigaciones de Chile entregaron recomendaciones si es que una persona se encuentra con la desagradable sorpresa de que en su vivienda o local comercial entraron a robar: “La primera recomendación es no entrar al lugar, porque ladrones podrían estar escondidos. Lo recomendable es que llamen al 134, teléfono de emergencias de la PDI, para que se trabajen primeras diligencias y dejar el lugar intacto para trabajar en el sitio del suceso y tener la opción de recopilar los medios probatorios para llegar a la individualización de los ladrones.