La Corte de Apelaciones de Chillán rechazó este martes 13 de agosto, los recursos de nulidad interpuesto por las defensas, en contra de la sentencia que condenó a Douglas César Hurtado Ramírez y Patricio Antonio Castillo Hernández a las penas de presidio perpetuo y 18 años de reclusión efectiva, respectivamente, en calidad de autores del delito consumado de robo con violación. Ilícito perpetrado en enero de 2018, en la comuna de San Carlos.
En fallo unánime, la Segunda Sala del tribunal de alzada –integrada por el ministro Guillermo Arcos, el fiscal judicial Solón Vigueras y la abogada (i) Paula Cornejo– ratificó la sentencia impugnada, dictada por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Chillán.
“Que, habiéndose establecido que el acusado Patricio Castillo Hernández resulta responsable en calidad de autor del delito de robo con violación cuya sanción aparece indicada en la norma, se estima que la sentencia pronunciada por el Tribunal a quo aplica correctamente la pena señalada. En consecuencia, la sentencia no ha impuesto una pena distinta ni superior a la que legalmente correspondía, como lo indica el recurrente al intentar fundar su causal, la que en consecuencia será desestimada”, consigna el fallo.
Respecto a Douglas César Hurtado Ramírez, el fallo agrega que: “(…) en concepto de los sentenciadores de mayoría, en el presente caso no se configura la causal de nulidad (…) ya que habiéndose establecido que el acusado fue condenado anteriormente por el delito de robo con violencia, se configura a su respecto la agravante del artículo 12 N°16 del Código Penal. En efecto, si bien las modalidades de comisión del delito de robo con violencia y el de robo con violación son distintas, lo cierto es que lo que la ley exige es que se trate de delitos de la misma especie, y deben estimarse tales los que afectan un mismo bien jurídico”.
El tribunal de primera instancia dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que en horas de la madrugada del 13 de enero de 2018, “Patricio Antonio Castillo Hernández y Douglas César Hurtado Ramírez, saltando la pandereta ubicada en el patio colindante, ingresaron al domicilio ubicado en calle (…) de San Carlos, perteneciente a doña (…) mientras ella dormía”.
Una vez que la víctima despertó, Castillo Hernández y Hurtado Ramírez le exigieron dinero y, a lo menos uno de ellos, la violó, “(…) poniendo en su boca una bolsa y un paño para que no gritara. Ambos sujetos, entre otras especies, sustrajeron dinero, un balón de gas y un televisor, todas especies de propiedad de la víctima, para antes de retirarse, amarrarla de pies y manos”.