Ya tuvimos la primera lluvia importante en la zona central y las bajas temperaturas ya comenzaron a hacerse sentir. Algo que ya viene ocurriendo hace un tiempo en la zona centro y centro sur de nuestro país, donde comenzaron a encenderse los diferentes métodos de calefacción para soportar el frío, cuando ya llegó oficialmente el invierno.
Y es justamente en esta zona, en donde la leña es el sistema de calefacción por excelencia, pero que no deja de tener algunas desventajas: su nivel de contaminación es alto, su logística puede resultar compleja, a veces cuesta conseguirla y su costo es cada vez más alto.
Por estos motivos, se está llevando a cabo el proyecto “Piloto Nacional de Calefacción Eléctrica”, que es una iniciativa público-privada que busca revertir el uso de la leña y así disminuir la contaminación en varias ciudades de la zona centro sur de nuestro país a partir de la implementación de tecnologías eficientes de calefacción eléctrica en viviendas desde la zona central de Chile, hasta la zona austral. En este sentido, se están estudiando 84 viviendas que pasaron de usar leña a sistemas de aire acondicionado de última generación, con el objetivo de comparar su confort, temperatura, contaminación y gastos.
Los resultados concluyentes de este estudio estará disponibles a finales del 2022, pero hasta el momento, los resultados de las encuestas llevadas a cabo a las familias muestran que casi la totalidad de las familias (65 de 70 que respondieron), se encuentran satisfechas o muy satisfechas con el cambio
En relación al gasto de las familias, aún no es posible tener datos concluyentes en este estudio, sin embargo, del estudio “Piloto de Climatización Eléctrica” (gentileza de Saesa, 2021), en donde se midieron 9 viviendas que pasaron de consumir como energético de calefacción leña, pellet o gas licuado a sistemas de aire acondicionado, se observó que en 7 de los 9 casos estudiados, las nuevas tecnologías tuvieron costos de operación iguales o menores que el energético anterior. Esto fue el caso de los pellets, donde el gasto fue en promedio un 13% menor, pasando de 293.000 a 255.000 pesos de gasto al año. En el caso del cambio de leña, la mitad de las viviendas tuvo mayores gastos (30% más, pasando de 238.000 a 314.000 en promedio) con los sistemas eléctricos y la otra mitad menores gastos (8% menos, pasando de 271.000 a 248.000 en promedio)